sábado, 31 de enero de 2009

Como te va mi amor?

Que sorpresas da la vida, encontrarte en plena calle
Fue una chispa en mi equilibrio, dinamita que estalló
Te encontré un poco más flaca, fue mirarte y derrumbarme
Te creí asunto olvidado, otra vez me equivoqué

Hoy iba a ser un día más, con el mismo objetivo, ocupar mi día al máximo con retos del negocio y todo lo que pueda hacer para no tener tiempo de pensar en ti. Y lo estuve consiguiendo. Esperaba mi pc en servicio técnico y sin querer volteé a ver el pasillo (habrá sido un presentimiento?) y de pronto te vi… fueron segundos eternos de no saber como reaccionar como mirarte, tu me viste y pusiste rostro de asombro ( que tal coincidencia verdad?) . Espera, que hago? Puedo correr? No, ya me viste. Estás igual de hermosa que siempre. Con unos kilos de más, pero linda. Mi corazón empieza a acelerar su ritmo nuevamente. No! Otra vez! Es una costumbre, es un hábito, en fin. Volteo la mirada y a tu lado esta “tu esposo” Juan y en tu pecho, traes cargando a tu nena. Familia feliz. Me parece una familia extraña, no se… como que no encaja. Creo que tu encajas conmigo nada más. Mentira.
¿Cómo te va mi amor? ¿Cómo te va?
Era en silencio la pregunta entre tú y yo
¿Eres feliz mi bien? ¡Sin engañar!
Porque a mi puerta el amor nunca volvió.
Tuve que pronunciar palabras y lo logré, te saludé, salude a tu “acompañante”, pregunté cómo estabas, preguntas de protocolo, traté de reaccionar lo mas natural posible e inmediatamente destapé a tu niña, usando para ello mi mano derecha y cuando lo hago veo que te fijas en el anillo que llevo en esa mano… el que me regalaste. Trato de fingir que no pasa nada. Y me concentro en ella, es una niña preciosa, igual a la madre. Y los minutos pasaron rapidísimo, nisiquiera me daba cuenta de los comentarios que hacía, hice un esfuerzo enorme de aparentar total normalidad, tu lo lograste, sólo atinaba a ver tu nena, y sonreír, me atrevo a bromear un poco.
- ¿Es llorona y gritona igual que su madre? Jeje...
- Jaja, es terrible.
- Si ya veo tus ojeras.
- No, es que me quede estudiando hasta tarde.
Y se acabó la broma :), me alegro, aunque no lo creas, que sigas con tu carrera profesional, eres terca, te conozco y se que vas a terminar graduándote en medio de aplausos. Sigo sonriendo y mirándote, perdón miro a la nena, pregunto si ya la bautizaste, y mientras hablo me siento medio tonta, no se como hice esa pregunta, debieron ser los nervios…
- Mira salió peloncita igual a la madre.
- Oiee (tu mirada ante mis bromas no ha cambiado, me encanta). De ahí se le va a caer.
- Osea que a ti nunca se te cayeron...
- Oiee!
- Jejeje...
Fue un encuentro tan pequeño que no pude sincerarme
Y decirte te he extrañado como nunca imaginé
Desde entonces como espuma crece un miedo a quedar sola
Porque no he encontrado a alguien se me llene igual que tu.

De pronto se despiden, le doy un beso a la nena, un beso en la mejilla para ti, y otro para él. Chau chicos, que les vaya bien. Y sigues de largo, y mientras avanzas, pienso que si estuvieras sin el canguro delante tuyo y al lado de él, si hubiéramos vivido una situación parecida hace sólo 3 años atrás hubiese corrido detrás tuyo a abrazarte y acompañarte con tal de caminar a tu lado, a donde sea que vayas, al último rincón del planeta. Y mi corazón se desacelera, ya está más tranquilo y yo respiro con mal calma. Y se me escapa un pequeño suspiro, cortito, creo que sólo lo oí yo. Más que suficiente.
Y durante los siguientes minutos me quedé pensando en este encuentro, en mi mente repaso cada detalle de ti, de tu rostro, lo conozco perfectamente, y me pregunto si jamás podré llenar ese vacío que dejaste dentro de mí, y trato de buscar en mis recuerdos unos ojos más increíbles que los tuyos, o que al menos sean la mitad de hermosos que los tuyos. Y desisto en la búsqueda. Es inútil. Mientras no los encuentre... ¿Cuándo saldrás de mi corazón, mi mente, mi alma?
Porque el tiempo ha sido aliado madurando este querer
No debimos separarnos, fue un error, ahora lo sé…
¿Cómo te va mi amor? ¿Cómo te va?

Y siendo el apretón en el pecho, un pequeño nudo en la garganta. Y me pongo triste. Auuuuch!...en unas milésima de segundos mis sentidos se trasladan al pasado. Y siento un pequeño rasguño en la espalda, como solías hacerme antes, mientras recostadas en la cama, buscábamos argumentos para no levantarnos, yo jugaba con tus brazo y con el otro, recorrías tus uñas sobre mí, me dolía un poco te confieso. Pero me gustaba. Se sentía rico. Y a veces hacía cosquillas y me encantaba como me mirabas cuando hacías eso.
Volteo tratando de aparentar una reacción de sorpresa, pero no puedo. Siempre que sienta un rasguño tu mirada se me vendrá a la mente. Aunque esté con los ojos vendados, sabré que eres tu. Porque te siento dentro de mí. Sonríes y sigues caminando. Cruzamos miradas sonriendo. - Dueleee! y sigues sonriendo. Sabes que me duele, pero que me gusta. Me gusta todo de tí. Y sigues sonriendo.
Desapareces en medio del gentío pero tu imagen sigue intacta en mis ojos. Y mi soledad se multiplica por mil después de verte. Creo que tendré que acostumbrarme. Y tratar de ser Feliz por mi parte. Y pensar en que mereces Ser feliz, conmigo o sin mí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, me gusto este post, recién pude leer todo el blog, bueno me recuerda un poco como se mete la música en los pensamientos de una y cómo se reflejan al escribirlos. Suerte.