
Estoy en casa esperando que el show comience. En realidad, no sé si cuando era chibola le encontraba significado a esta celebración, si recuerdo, mucha comida rica, ropa nueva por "ley", algunas veces juguetes, salir a la calle en las noches a encender luces de vengala y poder estar por ahí. Nunca fui muy sociable asi que tampoco era que me guste mucho estar con los vecinitos de mi barrio.
Creo que la navidad empezó a tomar algo de sentido en la adolescencia, claro!, había terminado la primaria, iba a cumplir 12 años y mi madre me dice: ¿Y vas a llamar a tus amigas por navidad?... Me dejó con el ojo cuadrado jeje. Llamarlas? Es necesario? Que se dice? No sé, me parecía raro y hasta innecesario llamar a una persona sólo para decirle. "Feliz Navidad". Se supone que igual la tenía que pasar felíz, y yo creía que una frasesita de esta mas o una menos no iba a hacer la diferencia. Pero me animé a llamar, mi mamá dijo que si era importante así que decidí creerle. Llamé a la que fue mi mejor amiga en ese entonces. Me trabé en el teléfono. Pero le di su felicitación y ya. Mision cumplida.
Sin embargo, en secundaria las cosas cambiaron, quizás las emociones intensas de adolescentes, hacían que toda nuestra "promo" nos tengamos un cariño muy especial, al menos en nuestras "collas". Así que llegaba navidad y el teléfono de la colla siempre por lo menos, un saludito, un chistecito para no perder la costumbre y era chevere.
Hasta que apareció "ella". Desde mediados de la secundaria la llegada de la navidad y fechas especiales fueron emocionantes, era una excusa para llamarla y poder decirle palabras dulces con la excusa de la navidad, jaja. Y no solo llamada, ahh no!... también su regalo, uno por su cumpleaños y otro por navidad, obviamente. Hacía muchos méritos para conseguir ese dinero con mis papás y era emocionante salir a la tienda comercial a buscar un regalo. Me demoraba mucho escogiendo el regalo ideal, el que ella merecía. Y cuando se lo entregaba era en momentos perfectos, de pura sorpresa, cuando me estaba despidiendo, al regresar del baño, en fin tantas cosas.
Y de ley a medianoche, apenas terminaba los abrazos aquí, a llamarla... quería ser la primera en llamar y siempre lo lograba, incluso una vez la interrumpí en el brindis, jaja me apresuraba mucho.
Y así fueron las 6 navidades en que ella era el centro de mi mundo, excepto una, en que estuvimos lejos, en presencía y de corazón, un malentendido, igual al terminar aqui pensaba en llamarla y me quede pensando hasta dormirme. Fue triste.
Pero luego, igual, feliz, la llamaba, el saludo mutuo, ahora que lo pienso, siempre llame yo, ella nunca lo hizo, o quiza sera porque siempre me adelanté, en fin.
La navidad pasada ya se había casado, no la llamé y de hecho ya había armado mis propias defensas y no estuve triste, me centré en mi familia. No supe de ella. Tampoco me llamó, quizá en el fondo esperaba que esa llamada sea de ella... vanas ilusiones.
Esta navidad, tampoco la voy a llamar, quizá mañana le mande un sms, tal vez, quien sabe.
Ahora quiero estar con mi familia, esta celebración no tiene mucho significado para mi, de hecho no he llamado a nadie ni lo voy a hacer, sólo es la costumbre de tener una excusa para abrazar a mi familia una vez más, aunque los últimos dos años estoy muy acostumbrada a hacerlo.
Mi familia se convirtió en mi centro del mundo, desde que ella salió de mi vida.
PD: Feliz Navidad, si es que alguien llega a leer esto.
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